Pues sí, se acabó lo bueno. Ya estoy de vuenta de mis vacaciones y como siempre, estoy reventaica. Y es que no paramos de caminar y caminar por pueblos, caminos y ciudades. Como hicimos en el viaje a la Selva Negra, nos gusta alojarnos en un sitio céntrico y de ahí movernos por toda la región en un coche. A nuestro aire.
El primer día fuímos a Siena. Reconozco que no me entusiasmó. Claro que está muy bien conservada y por ello mismo tiene ese aspecto triste (si se me permite la expresión) de las ciudades medievales.
No se le ve alegre. Tan sólo las vistas desde la Piazza del Mercato, cómo véis aquí, tienen algo de colorido gracias al valle que la rodea. El sol abrasador tampoco hizo la visita muy agradable. Compramos un helado y se derritió nada más salir por la puerta. Un pringue, creedme.
En los días siguientes fuimos por diversas rutas, visitando distintos pueblecitos. Reconozco que este es el turimo que más me gusta. Nada de grandes ciudades, pequeños pueblos con sus productos locales y artesanías. Una de nuestras paradas fué Pienza, un pueblo lleno de encantos. Raro es en mí pero al revisar las fotos me doy cuenta de que he hecho muchos encuadres verticales.
Las paradas en las carreteras eran frecuentes y es que los mejores paisajes siempre nos los encontrábamos de camino. Y conste que no hemos parado tanto como quisiéramos ya que por carreteras secundarias no había arcén y los únicos huecos eran los que se encontraban hechos por vehículos de visitantes anteriores. Esas paradas eran las que más disfrutábamos.
Y en Pisa no podía falta la visita a la mítica Torre Inclidada. Y desde luego no eramos los únicos, había ríos de gente haciéndose la típica foto sujetando la torre. Hasta Nunky quiso hacerse una, ¿recordáis que la compartí en Instagram? Pues alli estaba, rodeada de gente y puestecillos imitando su figura.
Por supuesto que Florencia es visita imprescindible si estás por La Toscana. Pero recomiendo ir al principio del viaje, cuando todavía estáis frescos y descansados. Yo estaba ya demasiado agotada para disfrutarla. Aún así, es una ciudad bellísima.
Y como no todo va a ser campo y ciudad, el último día hicimos una ruta por la costa. Nos costó llegar ya que estábamos un tanto alejados pero el Castillo de Populonia fué la recompensa. Alzado sobre la colina pegada al mar, ofrece unas vistas espectaculares al atardecer.
Y este ha sido un súper mega resumen de nuestro viaje. Quiero ir poco a poco haciendo post más completos sobre cada lugar en concreto, pero no será en este blog, por varias razones. No quiero llenar éste de fotografías y desviarme del tema principal que son las papelidades y así aprovecho para darle un poco de vidilla al otro blog María N.M. Photo, que lo tengo un poco abandonado, con post exclusivos de cada sitio y recreándome tanto como quiera. Con tamaños más grandes que permiten disfrutar más de las fotos. También eso me servirá para ponerme las pilas con las ediciones de las fotos del viaje y que no me pase como siempre que las dejo medio abandonadas.
De modo, que si a alguién le apetece acompañarme por allí, estaré encantada. A los que no, aquí estaré próximamente con una nueva papelidad :)
¡Qué tengáis un buen día!
Muy buen viaje,seguro María.
ResponderEliminarQué viaje más bonito, María. Echaba mucho de menos tus fotos.
ResponderEliminarPreciosas fotos, hice esa ruta hace un año en verano. Me encantóooo :D
ResponderEliminarvaya fotos más bonitas María! Un viaje preciooooso!
ResponderEliminarQue envidia de viaje !!
ResponderEliminar.....estuve hace años en Florencia y Pisa (tambien sujetando la torre ! )...y me quede con ganas de volver !!
Felicidades ; )
Qué sitio tan idílico, me encantaría ir :)
ResponderEliminarUna autentica pasada de viaje.Te recomiendo el proximo viaje Paris pero sin visitar ningun museo o monumento, sal del hotel a las 7 y callejea hasta la 1 de la madrugada y despues me contestas.Un saludo
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