jueves, 13 de enero de 2011

La historia de un violín

Estas navidades los Reyes me han traído un violín. ¿Sé tocarlo? No. ¿Alguna vez supe? Tampoco. ¿Siempre he querido aprender? Por ahí van los tiros... 

Como a muchos niños, de pequeña me apuntaron a clases extraescolares de música, que se daban en el mismo colegio. Yo encantada, me gustaba la música. Aprendí a leer las notas, interpretar el pentagrama, etc. Problema: no tengo nada de oído, nulo, niente, nothing... eso se traduce en que veo un "la", sé que es un "la", lo reconozco, pero no sé entonarlo. Solución: aprenderme las canciones de memoria.  Y funcionaba porque en el colegio no eran muy exigentes. 

Y así, de canción en canción, llegó la hora de elegir instrumento. Yo lo tenía muy claro, quería tocar el violín, pero la cosa no iba a ser tan fácil. Mi abuela, que por aquel entonces, pagaba las clases de música, decidió que el violín no era el instrumento apropiado para una chica, supongo que pensó que tocar con la cabeza torcida no era demasiado... femenino. Así que escogió como instrumento ..... (redoble de tambores) .... la bandurria. Mucho más femenino claro que sí!! ¬¬
En fin, que como ella pagaba las clases, mis padres no protestaron y yo un poco pero nadie me hizo caso, me quedé con la bandurria. Nunca aprendí a tocarla. Y no por rebeldía, símplemente no se me daba bien. 

Y vosotros diréis, ¿Y los festivales de fin de curso? ¿Las actuaciones ante los padres? Hacía como que tocaba, y entre todas las demás guitarras y bandurrias, no se notaba.
Años después (muchos), viendo un video casero con mis padres de una mis actuaciones se descubrió el pastel ! . La conversación fué más o menos así:

madre: "Mira mi niña como toca su bandurria!"
padre: "No la tocaba"
madre: "Cómo que no la tocaba?! , mira que bien lo hace!"
padre: "No la tocaba, díselo tú María"
yo: "No la tocaba mamá, no sabía, nunca aprendí" 

Mi madre se quedó blanca y a los 5 segundos se echó a reir.

Parece que mi padre lo supo desde el principio aunque nunca dijo nada, y mi madre vivía feliz en la ignorancia. Y yo que pensaba que había engañado a todos WMHAHAHA (risa de malvada). Algún día tengo que digitalizar ese vídeo para que veais mis dotes de actriz. 

Pero volvamos a cuando yo era una cría que supuestamente tocaba la bandurria.

Las clases en el colegio acabaron y mi abuela augurándome un gran futuro como bandurrista (o como demonios se llame), me apuntó al conservatorio. uuuhhhh aquello era otro cantar, literalmente. Eran palabras mayores, y esta vez, nada ni nadie se interpondría en mi camino, iba a tocar el violín SÍ o SÍ!
Pero hasta llegar a eso había que superar dos años de preparatorio, antes de empezar con un instrumento. Pero me dije, no hay problema María, sigue aprendiéndote las canciones y cuando llegues al instrumento, el violín entonará por ti. 
El primer año mi estrategia seguía funcionando. Al fondo de la clase, cuando cantábamos una canción nueva, yo símplemente movía la boca y a la tercera vez, ya me la sabía de memoria. En el segundo año mi método de supervivencia se fué al traste: en el examen me hicieron cantar una canción totalmente nueva. Madremía parecía que estuvieran estrangulando a un gato! Me suspendieron claro, una y otra vez.

Dejé de intentarlo, no había manera, no sabía cantar. Y yo me decía, que mas da!? Darme un violín y veréis como lo hago sonar! , pero no pudo ser. Salí del conservatorio, sin aprender a tocarlo.

Y ahora, años después, con ya 30 veranos a mis espaldas, abro el regalo de mis padres, y qué es? UN VIOLÍN !!!! 

Al principio cuando abrí el paquete y ví la funda pensé, imposible, no puede ser. Y cuando abrí la funda seguía sin creérlo... allí estaba, reluciente, con sus cuerdas, su arco .... un esplendoroso violín.

violín



No tengo ni idea de como cogerlo, ni de por donde empezar, pero dentro de unos años, cuando alguien me pregunte que hice con él, responderé: 

APRENDÍ A TOCAR EL MALDITO VIOLÍN!

13 comentarios:

  1. Que historia tan buena! y a los 30, un violin! :)
    Precioso, por cierto!

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  2. Ayssss...mi abuela no era así, era la yayaa!!

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  3. Bueno, nunca es tarde para aprender y 30 años !!! qué envidiaaaa.

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  4. Anna, Gio, gracias por vuestras visitas y por tener la paciencia de leer el relato jeje , es un poquito largo y solo con una foto :P

    Macarena, cariño, no puedes poner ni siquiera el nombre? Pues ya te estás haciendo una cuenta en gmail y poniéndote como seguidora :P
    Y sí, la prota de esta historia es la yaya, pero no podía ponerme a explicar quien era la yaya y quien la yoya XD

    Explico: El comentario anónimo es de mi prima Macarena. Nosotras teníamos dos abuelas paternas, una la madre de mi padre y otra la hermana de nuestra abuela, pero como siempre estaban juntas para nosotras eran las dos abuelas. A una la llamábamos yoya (abuela) y a la otra yaya (tia-abuela). La que nombro en este post era la yaya.

    Jo tia! al final me has hecho contar todo el rollo, como eres!

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  5. pues yo no consigo publicar nada , ni siquiera como Anonimo :-(

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  6. Ahora si..
    jajja.. buenisimo Maria, buenissimo.. y dí que si!.. yo confio en que APRENDAS!..
    - mi historia con la música(q creo que ya he contado muchas veces), creo que es peor todavia, a mi en los festivales del colegio directamente la monja me pegaba un celo en la flauta, para que ni por casualidad saliera una nota de ella.. aún asi mis padres tambien me apuntaron al conservatorio(supongo que se lo aconsejaria la sutil profesora).. no hace falta que te diga lo que allí aprendí..

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  7. HUY A MI ME HA ENCANTADO ME HE REIDO MUCHISIMO MAÑANA LO VOLVERE HA LEER Y ME REIRE OTRO POCO,HAY CARIÑO QUE GRACIOSA ERES MARE

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  8. De verdad chicas, vergüenza os tendría que dar! Hasta mi madre ha sabido poner su nombre! muy bien mamá! me alegro que te haya gustado, dile al papá que lo lea que le va a gustar sobretodo la última frase.

    La de la flauta muda eres tú verdad Amparo?? jajaja pobrecita, eso es mucho peor!

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  9. Que buen regalo!!! como se dice por ahi nunca es tarde... sobre todo para aprender lo que a uno le gusta.
    Disfrutalo mucho!

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  10. Tu primo...El nombre ya lo sabes.
    Como todo en tu vida, sé que si te lo propones, aprenderás a tocar.
    Pero de lo que no cabe duda es de que sabes escribir, me has rcordado a Mendoza, joder!y eso está muy bién.....mil besos.

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  11. Gracias Vicky, lo conseguiré, gracias por los ánimos :)

    Mi primo...
    A Mendoza? jajaja como se nota que no eres objetivo. Me alegro que te haya gustado.
    Besotes.

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  12. Mira nena, no es que piense que tu madre no sea mas capaz que yo!, muy bien MAMA de Maria!, pero yo de verguenza nada.. puse anonimo porque quise ;-)..
    y que sepas que gracias a ti, estoy pensando en apuntar a mi niña al coro, y luego por supuesto al conservatorio..
    compaginando todo esto, claro, con el ballet, que yo siempre he querido ir..

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  13. María que emoción, me gusto tu relato. Mi marido toda la vida a querido aprender a tocar el violín, yo de niña estudié muy poquito piano,_un verano_ desde hace tiempo tengo el gusanito de volver a él. Mejor dicho aprender, pues no me acuerdo de nada.Felicidades por tu violín.

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